martes, 8 de marzo de 2011

DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA


Este año le fue otorgado este homenaje a Tere Jiménez. A continuación mostramos el texto en el momento del aplauso a la homenajeada.


El tiempo nos da arrugas y experiencia. El reloj nos va engañando poco a poco hasta que nos damos cuenta de que la vida va en serio. Tenemos que recorrer muchos caminos, por algunos tenemos que hacernos luchando para poder pasar y por otros la cosa no es tan dura, pero que poco son estos.

Imagínense un año de la posguerra donde nos salvaban la vida los boniatos, higos chumbos y lo poco que daba un raquítico huerto. Pongamos por ejemplo 1955. Imagínense una zona rural deprimida, el sur del sur,.. Pongamos por ejemplo Medina Sidonia. Y puestos a poner, un día 11 del mes de Noviembre. Pues en tal situación nació la mujer a la cual hoy le rendimos homenaje. No piensen mal, no le hacemos este homenaje como a los artistas cuando se mueren, de eso nada. Se lo hacemos por todo lo contrario; porque está viva y coleando.

Eran años difíciles y su padre Diego tenía que buscar la peoná donde pudiera. En Enero del 56 se fueron a las afueras de Jerez, más concretamente a La Parra, por donde se hizo el aeropuerto. Allí hizo su niñez y adolescencia al cobijo de su madre Rafaela y entre sus hermanos y hermanas desde Paca hasta Meli, hasta que un día llegó un forastero algo más alto que ella. Ese hombre de beneficioso bigote venía de un núcleo rural de Vejer llamado Cantarranas y era conocido como Manolo “Siriguilla”, de los Siriguilla de toda la vida. Él iba y venía a verla en su coche cada dos por tres cortejándola hasta que un día se rindieron y decidieron casarse, porque pelearse en la distancia es una tontería ¿no?, para eso es mejor estar cerca.

Total, que se casaron en la tierra de ella y se vinieron a vivir en un casa donde la pará de Paca y Pedro Siriguilla. Aunque ella también estuvo antes de casarse por los “Cadiles” trabajando. Pero aquí, en Cantarranas es donde ella se vino a vivir. Su esposo se dedicaba al campo y al ganado y hay que estar siempre al pie del cañón en este trabajo. Y ella no se achica.

Ha tenido dos hijos también espigaditos, Manolo e Inma. Que son la cara y la cruz. Ella es la reposada y reflexiva y él es inquieto e impulsivo. Aunque los dos tienen sangre de luchadores, como la de los padres.

Tampoco hace falta decir muchas cosas de ella de la época actual. Ya sabéis del triunfo en todos los festivales internacionales del Coro de Cantarranas donde ella participa, de los bailes que se pegaba en las clases de baile,... o lo mismo sale a encerrar o darle de comer a unas vacas. Todos somos testigos del día a día que tiene.

Solo el amor hacia la familia hace estar ahí día a día luchando contra los males que les han asolado. No olvidamos a Perico “Siriguilla” en su sillita con ella dando el paseo hacia el centro de los mayores o con su suegra Paca ahora. Estas experiencias nos hacen más fuertes sin duda, pero que puñeteras son. Pero fuera penas, que estamos para darte un aplauso. Te damos las gracias por hacer esa revolución silenciosa. Por hacernos partícipes de tu vida.

Todos lo que estamos aquí y otros que no pueden estar queremos aprovechar la excusa de este homenaje para decirte que aquí nos tienes, que aquí tienes a tu gente tal y como sabemos que te tenemos a ti.

Nada más tocaya, que siga corriendo las ajugas del reloj.

Hoy rendimos este sencillo y sincero homenaje a Tere Jiménez.


1 comentario:

Lau dijo...

Felicidades, un reconocimiento merecido. Un abrazo Tere Jiménez