martes, 7 de octubre de 2014

LUNES DE PREGÓN


Y pasó el lunes. Sin duda fue una noche emocionante que llegó a su máxima en las palabras de Torrecillas....  que solo empezar dijo: "yo amo a Cantarranas". Tras la presentación del acto por medio de José Ortiz (alcalde de Vejer) y luego Paco Montero leyendo un semblante sobre Torrecillas, llegó el tiempo de escuchar quien como el dijo... "tras cincuenta años de irme de Cantarranas, me han llamado para este pregón. Esto es lo mejor que me ha pasado en la vida". 

Habló de su estancia en Cantarranas, de sus vivencias aquí. La obra de la Iglesia, los pasos de Semana Santa, como enseñó a leer y escribir por las noches a algunos vecinos... Fue y será un momento especial que le debíamos. Abajo reproducimos el semblante que Paco Montero leyó sobre la figura de Torrecillas, el cual como el mismo señaló, tenía como objetivo "la cultura y el amor".





 Semana Cultural 2014 (Semblante Torrecillas)
Hoy  no es un día cualquiera. Esta noche se hace justicia con la historia de esta Asociación y de Cantarranas .
Tenemos la inmensa suerte de poder aplaudir a aquella persona cuyo nombre o mejor dicho apellido lleva esta Asociación de Vecinos: Torrecilla.
El paso del tiempo te da la perspectiva necesaria para valorar las cosas. Desde principios de los ´60 en los que nuestro pregonero vino destinado a Cantarranas hasta hoy, ha llovido y avanzado. Pero esos ´60 y ´70 fueron el germen, la semilla, el primer empujón y Torrecilla fue uno de ellos.
Era joven ese sacerdote que llegó por aquí y se instaló en la casa de Castrillón con su madre y hermana. Pero que pronto caló entre los vecinos, ya fueran mayores o jóvenes. Esa habilidad de don de gentes, de hamabilidad, de gracia, de diplomacia que engatusa y no sabes decirle que no….. fue haciéndose hueco. Y a raíz de ahí se planteó su gran objetivo…. la Iglesia.
Los vecinos de Cantarranas se volcaron en la obra. Las piedras para hacerla se iban a buscar a la campiña por la noche con el saquita amarillo de los Mera o como se pudiera. Con las luces del tractor se alumbraba para la faena de unos hombres que en el día ya habían hechado “la peoná”. El objetivo vencía la fatiga. Aunque de vez en cuando le pedía un par de botellitas de coñac para que los trabajadores contrarrestaran la humedad de la noche. Bernardo Gutiérrez hizo los cimientos de la iglesia y a partir de ahí a crecer. Había que buscarse la vida para levantarla y para eso Torrecilla era más vivo que nadie. Valía todo lo que se aportara…. rifas y mas rifas, como la de la moto que como tocara no tenía dinero para comprarla ya que se había invertido en la Iglesia, reciclaje de botellas y mas botellas, teatros, donaciones, mujeres arrimando un poco de dinero recogiendo algodón y un largo etc.…. Parece ser que en una mañana, bien temprano, llegó un camión lleno de ladrillos. Pero solo estaban levantados Torrecillas, Blas y el camionero. Aprovechando que había un circo en Cantarranas, ni corto ni perezoso fue caravana por caravana de los feriantes levantándolos para que les ayudara a descargar el camión….. Lo que fuera para que esos andamios de berlingas de eucalipto rindieran. Hasta que al tiempo se pudo terminar, inaugurándose el mismo día que la tienda de Juan Reyes.
Otra de las actividades por las que se le recuerda bien y las fotos lo atestiguan son los pasos de Semana Santa que se preparaban. Eran los mismo vecinos los que cargaban  y preparaban dicho paso. Estandarte que se decoraba para embellecerlo con ese verdín que nace debajo de los árboles y zonas húmedas…. Imaginarse las planchas de verdín y tierra en el paso, lo que podría pesar eso… Para la consecución de los pasos y demás se organizó una hermandad en la cual estaban muchos vecinos. Algunos de los cuales, en una ocasión llevaron el paso para Las Lomas y como agradecimiento le regalaron unas botellas de vino… al volver para Cantarranas entre trago y trago llevaban montado en el estandarte a Antonio Rodríguez “la vieja” mientras le cantaban… parece que Torrecillas se enfadó un poquillo porque decía que eso era cosa de teatro. Pero seguro que solo fue un pronto. Porque otra cosa no se sabe, pero el genio era de pura alegría y energía.
Son muchas las anécdotas para contar y nos llevaría toda la noche… Solo hemos esbozado algunas cosillas para que los que no convivieron con el tengan alguna referencia. Para que los más jóvenes sepan donde se encuentran unos de los orígenes de que hoy estemos aquí celebrando la Semana Cultural. Han pasado varias quintas y se sigue hablando de los años en los que este pregonero vivió en Cantarranas y se remangaba la sotana para jugar al fútbol con los chavales o iba en bestia con Antonio “la peraó” a Algar para ver a los vecinos de allí.
Esta Asociación de Vecinos Torrecillas empezó a funcionar a mediados de los ´70. Andrés Candón, otro origen de esta Asociación, realizó su primer estatuto a mano. Que manera de hacer las cosas tan bien para que un hombre, digamos que poco religioso como Andrés  ponga el nombre de un cura a la Asociación en los tiempos que era.
Queremos hacerte sentir hoy como lo que eres… una persona muy especial para Cantarranas. Aquí estamos a tu lado algunos de esos que iban a por piedras a la campiña o hacían rifas, sus hijos y nietos para darte las gracias. Nos queremos que esta noche tu seas el protagonista.
Hay que volver la vista atrás de vez en cuando para saber por el camino que hemos de seguir. Y cree amigo Manolo que marcastes buen camino. El camino de la unión entre vecinos que intentamos pregonar en todas nuestras actividades, la fraternidad, el remar hacia el mismo lado juntos, el bien de la comunidad, el servicio a los vecinos, la amistad y la libertad.
Esta no es una noche cualquiera. Esta noche repican las campanan de la memoria y nos sacas la sonrisa de los buenos recuerdos.
Brindemos esta noche porque aprendamos de la memoria para fabricar el futuro. Brindemos por nuestro pregonero. Brindemos por Manuel García Torrecillas.


¡¡¡ Viva el pregonero !!!

viernes, 3 de octubre de 2014

SOBRE CANTARRANAS Y TORRECILLAS

   Agradecemos a Salus las palabras sobre Cantarranas que refleja de su entrada en el blog Ortodoxos & Conversos. Aquí las copiamos íntegramente dicha entrada. 

   Y ya sabéis, el lunes 6 a ver a Torrecilla en su pregón/homenaje de la Semana Cultural.




La irrupción en la escena política de Podemos es la noticia del momento. Esta alternativa plantea superar los viejos métodos políticos basados en una democracia representativa parlamentaria, basada en relaciones verticales, en la que al final se imponen los intereses de los de siempre, por otra asamblearia, de carácter horizontal. Aunque Podemos parezca el último grito de la modernidad,  no hay que remontarse a la era digital para encontrarnos con los movimientos asamblearios, sino que estos aparecieron en los primeros albores de la historia. En las culturas primitivas de las hordas prehistóricas, en Sumer o en Egipto ya nos encontramos que las decisiones de los grupos se toman en común. Pero será en el mundo griego cuando la “ekklesia” (que luego el termino derivaría en iglesia) o asamblea se convierta en motor de la cosa pública, asistiendo al nacimiento de la democracia. En plena Edad Media aparecieron los municipios organizándose en torno a unas instituciones, el concejo municipal, con participación abierta a todos los vecinos.  Ese mismo espíritu comunal, antiguo, clásico, castizo… es el que caracterizan a las fiestas de Cantarranas que empiezan el lunes próximo.
El origen de Cantarranas es muy parecido al de Benalup - Casas Viejas, es decir una zona dedicada a la ganadería extensiva, con poblamiento disperso, que se va formando alrededor de los cruces de caminos que forman las cañadas y  de una venta. En los años sesenta coincidiendo con la  aglomeración de jornaleros para trabajar en la Finca de las Lomas, una vez desecada la Laguna de la Janda, se crea un núcleo concentrado y estable de población. Como pasó en 1915 en Casas Viejas, la consolidación del pueblo necesitaba la construcción de una iglesia. A principios de los sesenta bajo la batuta del padre Botella, D. Manuel García Torrecillas (apodo proveniente de su costumbre de recolectar botellas para luego venderlas y aportar lo recaudado  para la construcción de la iglesia) con la ayuda de los jóvenes de aquella época se construye la actual iglesia. El 13 de abril de 1965 el obispo Añoveros asiste a la inauguración de la iglesia de Santo Tomas de Villanueva. Pero el padre Torrecillas no sólo fue el creador de la iglesia, sino también de un espíritu comunitario que ha pervivido en el tiempo.
La foto que encabeza este artículo es muy significativa. Una serie de jóvenes posan con tres curas de la zona, en una de esas reuniones que ellos denominaban de  "proximidad". A la izquierda el padre Torrecillas, en el centro el padre Muriel y a la derecha el padre Carrillo. Los párrocos de Cantarranas, Benalup y Yeguada-Badalejos que tanto hicieron por sus comunidades, supliendo  y sustituyendo la ausencia de un poder institucional y político fuerte y consolidado. Tres pedanías en las que las comunidades deben organizarse independientemente del poder institucional y en la que el cura y la iglesia ejercieron de nexo de unión con el poder económico y político de la época que se encontraba espiritual y realmente muy alejado de estas comunidades. Los tres ayudaron a construir muchas cosas  y los tres se constituyeron en verdaderos pilares del estado del bienestar (¿?) en sus respectivos núcleos de población. En aquellos años tan difíciles consiguieron la participación de la comunidad en la cosa pública en base a principios como la solidaridad, la implicación, la colaboración… principios siempre presentes en las comunidades rurales andaluzas.
El Padre Muriel murió en 1966, el padre Carrillo el año pasado y el padre Torrecillas todavía sigue vivo, siendo el pregoneros de las fiestas de Cantarranas de este año. En la memoria colectiva de la gente de Cantarrana aparece Don Manuel quitando las peñas de rocas y chumberas o remolcando piedras de la campiña para la construcción de la iglesia. O cuando "el cura Torrecillas" se levantaba la sotana para jugar al fútbol, o la omnipresencia de los pasos de Semana Santa.... Don Manuel García Torrecillas dejó hace mucho tiempo el sacerdocio y ha llovido mucho desde entonces.  Es obvio que los tiempos del pacto trono-altar están superados y que soy partidario de una separación absoluta del ámbito político y religioso, pero creo que el pasado no hay que analizarlo ni con maniqueísmos, ni con nostalgia, ni con ira. Sino entenderlo para que podamos utilizar lo mejor de cada etapa para afrontar los retos actuales, por eso me parece acertadísima su elección como pregonero. El hecho de que el padre Torrecillas sea pregonero de unas fiestas que mantienen el espíritu que impregnó a su actuación demuestra que trabajó para la eternidad y que hasta hoy ha llegado su influencia.
El modelo actual de las fiestas de Cantarranas es reciente. Son una mescolanza. Conviven las fiestas patronales y Semana Cultural, lo civil y lo religioso, lo antiguo y lo moderno, los jóvenes y los viejos…, pero cuya gran característica es la participación popular. El Ayuntamiento de Vejer colabora como organización institucional pero el peso es llevado a cabo por la comunidad de vecinos a través de las asociaciones de vecinos Torrecillas, Morija y Algarrabía. Son los vecinos los que acondicionan la carpa, hacen la comida (¡pecha de comida!) o juegan al fútbol las mujeres y los hombres, a los juegos de mesa o participan en la marcha popular por la hazas de la suerte. Es ese espíritu asambleario y comunitario de esta fiesta, continuador de la labor que inició el padre Torrecillas,  lo que creo que las hace especiales y significativas.
Lo que ocurre con las fiestas de Cantarranas se parece más los Concejos Medievales que a los círculos de Podemos, la verdad. Aunque tienen en común la participación directa como base imprescindible para el funcionamiento de la cosa pública. Es innegociable  la participación activa de la gente, la superación de lo institucional por lo comunal, ese sabor a casero, tradicional y auténtico. Todo ello se echa de menos en una época donde domina la apatía, la desmovilización y la superficialidad. Y donde el exceso de democracia representativa, la dejadez de los ciudadanos limitándose  la mayoría a votar cuatro años, la imposición de las relaciones jerárquicas y verticales han hecho que la escena política española esté dominada por gente y casos como el de Pujol, Barcenas, EREs… y el desarraigo y hartazgo hacía la cosa pública esté a la orden del día. Pero es evidente que necesitamos la política, que somos animales sociales y por tanto políticos, que hay muchos ejemplos en el pasado (“todo lo inventaron los griegos”) y en el presente que nos pueden y deben volver la esperanza en un presente y futuro más halagüeño. El lunes 6 de octubre voy a ir a escuchar al Padre Torrecillas, no sólo como un tributo a su labor en aquellos años sesenta, sino también con una perspectiva de futuro. Seguro que hay principios en sus actuaciones de los sesenta que podamos aplicar para afrontar los retos en la cosa pública que nos depara el futuro.