sábado, 18 de julio de 2009

LA SIEGA


Antes de recoger, hay que sembrar. Esta actividad se hacía en octubre más o menos, dependiendo como siempre en el campo, de la climatología. Para luego segarse allá por junio, julio… e incluso hasta septiembre, por San Miguel. Y claro está, cuando la cosecha del año anterior ya flaqueaba, pues se segaba antes, para mitigar el hambre.

Como calendario no oficial, pero su de usuario, se empezaba a segar el día de la Cruz. Se empezaba la siega de las habas y de ahí, lo que hubiere sembrado (cebada, trigo,…).

Las cuadrillas de trabajo venían de los sitios vecinos como Los Badalejos, Medina,… e incluso había familias que la segaban sola su tierra o haza como el caso de Antonio Peña. El horario de trabajo en un principio fue el clásico en el campo, de sol a sol y ya luego por horas (unas ocho por regla general).

Las cuadrillas se quedaban en el tajo mismo, al raso. Con los haces se hacían un poco de socaire para estar algo cómodo. Según parece, con los piojos de cigarra no se podía ni dormir. Para comer, un dornillo para gazpacho fresco y caliente. Con un calderillo se hacía el pan. Había uno encargado solo de la comida y se iban turnando el puesto entre los trabajadores. Alguno la hacia la comida en su propia casa y se la llevaba en la bestia.

Las herramientas que llevaban los segadores eran muy simples. Las hoces y hocinos. Cada uno se traía la suya. La manija o sapo también era muy utilizada, servía para no cortarse.

Cuando ya estaba todo segado, se traía la carreta tirada por una yunta. Se transporta a la era y formando carneros. Teniendo todo arrimado se va extrayendo la parva para soltar hacer y trillarlo. Cuando se veía que ya estaba para darle la vuelta, se le daba y luego otra vuelta más hasta ver que ha quedado limpio.

Luego se pasaba al trillo. Quien iba en el mismo no paraba de cantar (cantes de trilla) para no quedarse dormido. Una vez trillado, se venteaba con viento, si hubiese poniente, mucho mejor. La herramienta para ese venteo era el biergo. Una vez casi limpio el grano, se hacía con la pala se baleaba. Se hacía un “lagarto” con una escoba y se seguía limpiando. Ya limpio de polvo y paja se metía el grano en costales de fanega y media o dos fanegas. Entre los acarreos de costales, los más chavales apostaban a ver quien era capaz de cargar las dos fanegas (90 kilos). De entre los chavales era también el “aguaó”. Había uno por cuadrilla, y este con el cántaro iba a sus respectivos trabajadores. Era el que menos cobraba de todos, “ganas menos que el aguaó”.

En Cantarranas había unas 4 eras. Días antes de la siega se preparaban. El uno de mayo, al salir el sol se tenía que estar en la era para coger la parte de cada uno. Se rozaba para preparar esta tierra baldía. Quien tuviera sitio en su casa, no se quedaba en la era. Estaba la era del bizco, la de los Mera,… y ya en los lejíos se hacían las ceras. Se juntaba los Romeros, Paco “Cagé” y Manuel Moreno, Manolo Callado “siriguilla”, Antonio Rodríguez “La Vieja”, Juan Reyes....

Ya con el grano en costales, las bestias los llevaba al pueblo, al granero de cada uno, otros al molino para molerlo directamente. Muchas veces, en tiempos en blanco y negro, los guardias requisaban el trigo de los molinos.


Otra parte de la siega es la recogida de la paja. Con la bierga, que tenía de seis a ocho dientes incluso, se vertía a la carreta. El que se montaba en la carreta, que era quien se tragaba todo el polvo, las pisaba y con la red se apretaba. A donde se tuviera el ganado, allí se llevaba y se fabricaba el pajar de paja suelta. Las alpacas se también se hacían en las eras.

La temporada de siega duraba todo el verano, “las últimas parvas siempre se mojan”. Durante la misma, se hacían arreglos entre los mismos agricultores; “yo pongo el caballo y tú la carreta”. Hay que tener en cuenta que un caballo en aquellos momentos de un campo sin tecnología era un sueño para la mayoría. Por aquellos años, un caballo valdría unos veinte duros, pero que pocos los tenía.

Parece ser que lo peor de segar eran las habas. Te destrozaba las manos y se podía seguir segando. Además del calor que estas acumulan, “hace más calor que segando habas”.

Los niños con seis o siete años ya estaban rondando las zonas de siega; para darle un vistazo a los pavos, alguna vaca,….

Cuando las últimas parvas se mojaban, no daba tiempo para el descanso, se empezaba a preparar la tierra para otra siembra.

Hoy día el medio rural esta infinitamente más tecnificado que hace cincuenta años. Es decir, ha habido una reducción de movimientos social muy importante en las campiñas, y en la de Cantarranas no es la de menos. Las eras y los lejíos están vacíos, ya no hay cuadrillas segando, todo se hace con tractores y maquinaria específica para cada actividad,… se pierden puestos de trabajo, se ahorra tiempo y dinero,…. Pero sobre todo desde un punto de vista social, se pierde la vida social que existía en las zonas rurales.



útiles de siega; trillo, pala yugo, zoqueta, arado, horcas, hocino, media fanega, rastrillo y arnero


hombre segando en Benalup (año 69)

pajar de los Mera (Cantarranas)



alpacas en Garabito (Cantarranas)


cuadrillas de segadores de la Yeguada


viernes, 10 de julio de 2009

EXCURSIÓN

La Asociación de Mujeres Morija está organizando una excursión para el próximo sábado 18 de julio al Bahía Park de Algeciras.

Para más información contactar con Tere (956448255)

miércoles, 8 de julio de 2009

DEDICADO A CANTARRANAS





CANTARRANAS
Juana Mª Flor

Hay en mi pueblo una plaza, y en la plaza una Iglesia, en la Iglesia una torre, En la torre, hay un nido, y en el nido las cigüeñas. Tiene la plaza una fuente, con sus bancos y arbolitos y en ella también se encuentra el quiosco de Chanito.

Cuatro bares hay en Cantarranas; Manolo Reyes y Pepito, Blas y el bar Atarraya.
Tiene una gasolinera, de los Hermanos Romero, la Farmacia de Manoli, una pista de futbito y una panadería, para el que quiera comerse el pan tierno y calentito. Y en el llano del pozo, como aquí lo conocemos, se encuentra el campo de futbol y también el merendero.

Contamos con nuestra fiesta, la semana cultural.
El lunes por la mañana nos vamos a caminar y a la Yeguada llegamos para desayunar. Un café bien calentito y la tostá, con manteca colora, después para la vuelta en el remolque todas montas, y vamos cantando, que bonita es Cantarranas, qué bonita es mi ciudad. Ya por la noche, en la plaza nos reunimos, y las asociaciones organizan una comida, para todos los vecinos.

También hay juegos de cartas, de petanca, la lotería y el domino.
Celebramos un partido entre hombres y mujeres y después en el merendero,
Una barbacoa hacemos, con sardinas y filetes.

Hay un día para los niños y también para los mayores, nos visitan los payasos,
El grupo Al Alba nos baila y el coro nos alegra cantándonos sus canciones.

El sábado las tortillas y el gazpacho caliente, y Tere hace una paella para que coma la gente. Y por la noche, Begoña nos viene a animar, bailando salsa bachata, merengue y cha cha cha, Después seguimos la fiesta con el grupo musical, que cantando sus canciones hacen que estemos bailando hasta la madruga.

El domingo tempranito nos tenemos que levantar, a preparar las costillas, el estofao y las papas aliñas. A las doce en la iglesia celebramos nuestro patrón,
Santo Tomás de Villanueva, y el coro viene a cantarle a la misa rociera.
El padre Pedro quiere, que sea una tradición de sacar todos los años al Santo en procesión, las mujeres de mantilla, los hombres los cargaores, y los vecinos van, haciéndole los honores.
Después de la procesión, al parque todos nos vamos a tomarnos unos vinos y a degustar las costillas que Paca Reyes y sus pinches elaboran con esmero, para que coman los vecinos y los que vienen este día, a visitar nuestro pueblo.

Y por la tarde, el café y los bizcochos, y la entrega de trofeos, después vienen los cubatas y a pasar una buena tarde que se acaba la semana.

Los vecinos y vecinas gracias le queremos dar, a todos los que trabajan para que en Cantarranas sea posible la semana cultural.