domingo, 27 de junio de 2010

A RAMÓN MARTÍN SOLANO

Ayer, sábado, se celebró el fin de curso en Safa Las Lomas. Era más que un cierre de año lectivo. Se le decía hasta luego a ese personaje llamado Ramón. Llego en los albores de los ´90 y nos deja para irse a su tierra aceitunera. Desde las asociaciones de Cantarranas y del mismo pueblo en si, representados por la Asociación de Vecinos Torrecillas, le ofrecimos nuestro enorme y sencillo abrazo de gracias por todo con un placa y unas palabritas. Suerte.
Dice Machado: “ Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.
Hace algunos años, cuando en la Safa Las Lomas se estilaba los jerseys de lana y rebecas grises para ellas. Cuando se pasaba revista con un ¡firmes ya!. Cuando la pantalla plana, los móviles y los ordenadores portátiles eran supersticiones futuristas.
En este tiempo cuando aun veíamos casi en blanco y negro, asomó por el poblao de Las Lomas en un 127, un tipo con camisa, chaleco, gafas de sol y barbas de cinco días. Este niño de Linares era Ramón Martín Solano.
Todo, por gracia y desgracia tiene su principio y fin, con sus etapas. La Asociación de Vecinos Torrecillas de Cantarranas tiene el orgullo y placer de haber participado en una etapa de la persona que hoy solo decimos hasta pronto.
La implicación del placer por el placer, el ser activo, la frescura de movimientos, las horas invertidas que no perdidas, las cervezas para afilar ideas, la apuesta por la cultura del pueblo, los niños como objetivo del mañana, el riesgo, los bellos de punta cada vez que lo recuerda una antiguo alumno,… por todo esto y más, queremos dartes nuestras enormes y sencillas gracias.
La memoria y el tiempo, que hacen justicia siempre, serán tus abogados ante los recuerdos que de ti tengamos. Has sido y serás esa persona que gusta de pringarse en cosas que son para todos y que luego no quiere galones por ello. Por este tipo de acciones, es por el que las personas se ganan a pulso los títulos de don, ilustrísimo,…. No se ganan por cuna o por dinero, se obtienen siendo buena persona. Y tú serás siempre Don Ramón.
Esperamos que te hayas sentido entre nosotros y a lo largo de estos años, al menos, casi como en casa. Además, que no se te olvide allá por donde estés mañana o dentro de veinte años que en este rincón del sur del sur tienes tu casa.
Maestro, tienes nuestras puertas abiertas. Recibe nuestro abrazo de hasta luego, sabiendo que nos dejas muy buen sabor de boca.
Gracias y a caminar Don Nitramonalos.

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